El podenco andaluz es una raza de perro originaria de España, concretamente de Andalucía. Son perros muy similares a otras razas ibéricas tales como el podenco ibicenco, el canario o el portugués.
Han existido diversas controversias sobre sus antepasados y orígenes pero, hasta la fecha, se le considera un perro importado desde Oriente Medio a la Península Ibérica por los fenicios durante los siglos V y VI a.C. Estudios genéticos así lo han demostrado, sin embargo, esta raza también guarda relaciones filogenéticas con el resto de perros de caza europeos, seguramente debido a la mezcla con los primeros perros continentales.
A pesar de ser una raza autóctona y antiquísima, no fue hasta 1990 cuando entró en el mundo de la cinología oficial, con la formación del club de la raza. En 1992, la RSCE reconocería al Podenco Andaluz como patrón o estándar racial. A pesar de ello, la raza aún no es reconocida por la FCI ni por ninguna otra asociación cinológica de carácter internacional dad las grandes coincidencias por el Podenco Portugués.
CARACTERÍSTICAS
El podenco andaluz es una raza robusta, compacta, fuerte y musculosa. Posee una cabeza mediana bien proporcionada, fuerte y de forma tronco piramidal. El cuello es casi recto, de tamaño mediano, con forma cilíndrica y con amplia inserción en la cabeza y el tronco. Además, es de gran musculatura y presenta una piel bien pegada al cuerpo. Sus extremidades son de proporciones medias. Presenta una fuerte musculatura y unos codos amplios, destacados y paralelos al plano medio del cuerpo. Las extremidades posteriores se encuentran perfectamente aplomadas y con una desarrollo muscular. Sus pies presentan una forma redondeada, con dedos fuertes.
Además, en esta raza de perro existen tres tipos de alturas. De este modo, en la talla grande, los machos presentan entre los 54 y 64 centímetros de altura y las hembras oscilan entre los 53 y los 61 centímetros. En la talla media, los machos se encuentran entre los 43 y los 53 centímetros y las hembras presentan entre 42 y 52 centímetros. Finalmente, en la talla pequeña, los machos oscilan entre los 35 y 42 centímetros y las hembras entre 32 y 41 centímetros.
Posee un pelaje muy variado. Bien duro y largo, sedoso y largo o corto y fino. El color del mismo suele ser blanco, que puede existir en sus variantes de plateada, mate, marfil o canela, con todas sus posibles variantes.
Sus ojos son de tamaño pequeño y de forma redondeada. La pigmentación en el borde de los párpados ha de estar en concordancia con el color de la trufa o del pelaje. Posee unas orejas triangulares, erectas y con el extremo romo. Presenta un hocico más corto que la mitad de la medida total de la cabeza y una nariz de forma redondeada, de tamaño medio y con las fosas nasales muy abiertas. Su mandíbula, se encuentra bien desarrollada y acompaña progresivamente a fuertes maxilares.
La cola de este tipo de perro es de implantación baja, pero fuerte y recubierta de abundante pelo. Nunca se corta y hacia el final de ella suelen presentar alguna mancha blanca los ejemplares de color canela. Su regional craneal es convexa, con protuberancia occipital levemente marcada.
En cuanto a su comportamiento, cabe destacar que esta especie posee una gran inteligencia y resulta muy sociable. Es equilibrado y cariñoso, muy fiel a su dueño. Siempre estará atento para garantizar su seguridad y tiene una gran capacidad de adiestramiento. En ocasiones desconfía de los extraños y actúa como gran guardián cuando nota la ausencia de su amo. En tal caso, puede mostrar cierta agresividad.
UTILIZACIÓN
El podenco andaluz es un perro nacido para cazar, muy resistente a la fatiga . Es rápido en su búsqueda y es utilizado tanto para la caza menor como la mayor. Es un excelente cobrador de pelo y pluma ya sea en agua o en terrenos accidentados.
Posee un sentido de la vista, del olfato y del oído muy desarrollado, lo que le hace especialmente bueno en la caza del conejo. Una de las funciones más típicas del podenco de talla grande, es de la acompañar a los galgos durante la caza de la liebre. Cabe destacar, que el podenco no atropella la pieza, no la espanta, sino que actúa con sutileza, del mismo modo que se desplaza en el monte por los túneles y pasadizos que las piezas hacen entre la maleza.
ALIMENTACIÓN Y CUIDADOS
Las necesidades alimentarias del podenco oscilan entre las 1.350 kilocalorías diarias para los machos y 1.200 para las hembras. En los ejemplares utilizados para la caza, estos valores deben aumentarse para contrarrestar el gran gasto de energía que llevan a cabo.
Asimismo, esta raza de perro no es propenso a los problemas y enfermedades, por lo que no necesita más allá de los cuidados básicos y veterinarios comunes a todos los perros. Cabe destacar que requiere de un ejercicio continuado para mantenerlo sano y equilibrado. Además, como en otros perros de caza, es conveniente realizar una inspección periódica después de cada jornada en el campo, con el objeto de descubrir las posibles espigas clavadas o parásitos en la piel o en el pelo. Respecto a su pelaje, se recomienda cepillarlo semanalmente con un guante tipo goma. Necesita pocos baños, normalmente uno por mes.